miércoles, 22 de septiembre de 2010

Impresiones de Summer Wars

Hace unos días mientras cenaba (que es cuando suelo ver series o pelis) me di cuenta de que no sabía qué me apetecía ver. ¿Una peli? Demasiado trabajo ponerme a buscar algo que me llame la atención. ¿Una serie americana? A medias sólo llevaba House y ponerme a mirar por dónde me quedé la última vez era un coñazo. ¿Una serie de anime? Bastantes llevo ya en danza. Así que me puse a revisar mis discos duros y me encontré con Summer Wars, que recordaba que me la habían recomendado tiempo atrás. ¿Peli de Madhouse? Para dentro.
Empecé a verla por curiosidad y terminé pegado a la silla sin perderme ni un segundo. Hacía mucho tiempo que no me quedaba hasta el final de los créditos de una película de lo que me había gustado.
Puede que sea porque muchas veces en mi vida me he sentido tan incompetente y tan liado como Koiso Kenji, el protagonista que se ve envuelto en un campo de batalla virtual en una especie de internet futurística mientras visita la familia de una amiga suya.
Puede que sea por la calidad de animación que tienen ciertos momentos cumbres, que te dejan pensando si una peli montada a base sólo de escenas de ese tipo no haría que me la tragara entera. O directamente puede que sea la sencillez con la que se tratan un montón de personajes y la calidez que destila el fondo de la historia. Bueno, pues por alguna de esas razones, se ha convertido en una de mis películas de animación favoritas de todos los tiempos. Cómo sería que la volví a ver dos días después con mi hermana...

Pues eso, que se la recomiendo encarecidamente a todo el mundo que tenga un par de horas libres y que, como yo, no tenga pensado qué es lo que va a ver.

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